Yúbal.FM

Internet

Se acabó el tiempo para las alternativas éticas, Threads ha llegado a Europa y se ha posicionado inmediatamente como la gran alternativa a Twitter (ahora X). Todavía no sabemos bien cómo pronunciar su nombre, zreds, treats o simplemente “El Twitter de Instagram”. Pero no importa, porque es la nueva red a la que todos se han abrazado en su primera semana en Europa, la nueva red social “en la que hay que estar”.

Es una lástima que ni Mastodon ni Bluesky se hayan conseguido posicionar una vez Twitter inició su proceso de autodestrucción tras ser comprada por Elon Musk. Han tenido varios meses desde que Threads fue lanzado en julio hasta que ha llegado a Europa en diciembre, pero han sido oportunidades perdidas, y ahora hemos acabado pasando de la red social de un millonario megalómano de derechas a la de otro. Y no hay más que hacer, creo que ya está todo sentenciado, y que la partida por convertirse en la gran alternativa a Twitter ha terminado.

Mastodon y Bluesky tuvieron su oportunidad

El mes pasado os hablé de los pros y los contras de Mastodon y Bluesky, las dos principales alternativas a Twitter. Ahí destacaba Mastodon, que es una red social versátil, plural y centrada en la privacidad, ya que está dividida en varias instancias o “subredes sociales” interconectadas entre sí. Tú podrías tener tu propia instancia, tu propio Mastodon, para hacerla temática o meter a tus personas cercanas, y luego esta se conectaría con las demás para poder leer también a los usuarios de otras instancias.

Sin embargo, el problema de Mastodon es que tiene una curva de aprendizaje mayor, y que antes incluso de registrarte ya tengas que investigar en qué instancia quieres estar. Además, tienes que aprender también a tener tres feeds, uno de personas a las que sigues, otro de tu instancia y otro general con todas las instancias interconectadas. A esto hay que añadirle que no ha conseguido llevar a las personas “de a pie”, y que es básicamente una red social de geeks amantes de la informática y de la privacidad, mentes curiosas a las que no les importa explorar.

Y luego estaba Bluesky, que cuenta como principal ventaja que es igual de fácil de utilizar que Twitter. Promete ser una red social descentralizada, pero en la práctica de momento solo tiene una instancia principal. Esto no es bueno para la privacidad, ya que al contrario de Mastodon, tiene todos tus datos en los servidores que pertenecen a la empresa creadora, igual que Twitter o Threads.

Sin embargo, Bluesky lleva todo este año en fase de pruebas y todavía es necesaria una invitación para poder acceder a ella. Hubiera sido suficiente con abrirse antes de que llegase Threads para tener una mínima oportunidad de posicionarse, pero perdió esa oportunidad y ahora está condenada a caer en el olvido. Es una lástima, me gustaba mucho su filosofía y el buen rollo que hay entre los usuarios, pero sus creadores no supieron medir los tiempos. Entiendo que prefieren escalarla de forma controlada, pero han perdido una oportunidad de oro.

Threads ha mejorado mucho en el último medio año

Cuando el equipo de Instagram de Meta lanzó Threads en julio, a pesar de no estar disponible en Europa hubo un periodo de pocos días en los que se podía utilizar mediante una VPN. Salí de esa primera experiencia completamente horrorizado, ya que solo había un feed temporal dominado por un algoritmo absolutamente terrible. Eso hizo que en el tiempo que ha tardado en llegar a Europa no tuviera ninguna confianza en que fuera a ser una buena alternativa.

Sin embargo, en este tiempo Meta ha conseguido convertir Threads en una muy buena red social. Primero, porque tienes un segundo muro en el que ver únicamente el contenido de las personas a las que sigues, y es en orden cronológico. Y en segundo lugar, porque el algoritmo del feed Para ti ha mejorado muchísimo.

El algoritmo de Threads es igual de fácil de domar que el de Instagram. Es suficiente con repartir likes e interactuar con mensajes de personas que hablan de temas que te interesan para que empiece a mostrarte más mensajes de estas temáticas. Además, si tú mencionas estos temas tu mensaje, le aparecerá a otras personas que los busquen. Esta primera semana está llena de gente pidiéndole al algoritmo conectar con gente interesada en una lista de temas, parecen listas de la compra, pero lo más sorprendente es que funciona.

A todo esto hay que añadirle una comunidad deseosa de encontrar una red social menos tóxica que Twitter, sin conspiranoicos desinformados ni fascistas, y que entran con toda la inocencia y la ilusión. Hay muchas interacciones sanas, mucha gente deseando conocer a usuarios nuevos, y esto le da una magia de la que carecía un Twitter en el que todos estábamos ya cerrados en nuestro círculo de contactos. La magia la comparten también Bluesky y Mastodon, o sea que podríamos decir que es “por la novedad”. Pero eso no hace que sea una cosa mala, sino que te anima mucho a seguir usándolo al ver que hay tantas interacciones.

En mi caso, tengo una sensación muy particular con Threads. Normalmente, mis redes sociales están divididas en dos. Instagram entra dentro del mundo personal, en el que la muchas de las personas a las que sigo y con las que interactúo son gente a la que conozco en persona, y con las que hay una complicidad un poco diferente. Por otra parte, tanto Twitter como Mastodon o Bluesky era algo más digital, con contactos a los que conocía por mi trabajo o por haberlos conocido ya en el mundo digital.

Threads mezcla estos dos grupos de gente, ya que al estar basada en Instagram tienes a los mismos contactos que allí, pero al ser “la nueva red social en la que hay que estar”, también están todos los demás contactos de tu persona digital. Esto hace que no tenga demasiado claro cómo usarla y su finalidad, pero eso forma parte de la diversión de una nueva red social.

Threads ha ganado la partida

Mastodon no ha conseguido llevar a las personas de a pie, a ese amigo con el que te juntas para tomar unas cañas ni a esa persona que “no quiere complicarse”, y solo quiere leer lo que dicen sus influencers o celebridades favoritas. Mientras, Bluesky ni siquiera ha conseguido que quien quiera pueda registrarse sin más.

Threads lo tiene todo. Su proceso de registro es fácil ya que no necesitas registrarte, simplemente usas tu cuenta de Instagram. Y además, es la red a la que han ido en masa celebridades, influencers y medios de comunicación. Porque parece una tontería, pero el que no tuvieran a los medios de comunicación lastraba bastante a Mastodon y Bluesky, ya que seguías dependiendo de otras redes como Twitter para informarte.

Ahora, con Threads Twitter ya ha dejado de ser innecesario, y quienes nos hemos ido de allí ya no echamos nada de menos. Honestamente, me gustan más las éticas de Mastodon o Bluesky frente a una empresa como Meta que ha sido condenada anteriormente por violar tu privacidad o por permitir la desinformación dirigida y personal para manipular tu pensamiento. Sin embargo, hay que ser consciente de que Threads ha ganado ya la partida.

Quizá Mastodon tiene una oportunidad, porque Threads está apostando por ActivityPub, un protocolo que hace que se puedan interconectar varias redes sociales compatibles. Esto quiere decir que desde mi cuenta de Mastodon podré leer lo que escribes en tu cuenta de Threads, y viceversa. Bluesky ni siquiera usa este protocolo, o sea que es la red más sentenciadas de todas. Pero vamos, no me cabe ninguna duda de que la gran alternativa a Twitter es ahora Threads.

#Threads #Internet #Bluesky #Mastodon #RedesSociales

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Nunca fui un gran usuario de Twitter, pero me parecía una buena red social para informarse. Todas las grandes personalidades están ahí, y todos los grandes medios de comunicación también, por lo que era una buena fuente de información. Pero Twitter ha muerto, y la red social X de Elon Musk está basada en promover la desinformación y fomentar únicamente los ideales del amado líder. Por eso, en diciembre del 2022 decidí dejar de utilizar Twitter/X a título personal, y comencé a explorar las alternativas.

La primera alternativa que empecé a utilizar fue Mastodon, y mi llegada allí coincidió con el inicio de las migraciones hacia ella, que hoy en día tiene casi 14.400.000 usuarios. Sí, hay un bot que te muestra cada hora el número de usuarios allí. Después también empecé a explorar Bluesky, una red social que todavía hoy necesita invitación para entrar, y que según esta web, está a punto de llegar a 2.000.000 usuarios.

Y tras estar probando ambas unos meses, te voy a contar los que a mi criterio son sus puntos fuertes y débiles, y terminaré diciéndote mi experiencia personal en cada una de ellas, y cuál estoy disfrutando más utilizar. Pero recuerda, es solo mi opinión personal basada únicamente en mi experiencia al usarlas.

Lo bueno y lo malo de Mastodon

Mastodon es una red social que ya estaba ahí, abierta y gratis para todos, cuando Twitter empezó a decaer. Eso la convirtió en la protagonista de las primeras migraciones de usuarios. Es una red social versátil, plural y centrada en la privacidad, ya que está dividida en varias instancias o “subredes sociales” interconectadas entre sí. Cada instancia tiene el control de los datos de sus usuarios, pero también su propia temática o finalidad, y varios feeds o muros de publicaciones: uno para las personas a las que sigues, para la gente de tu instancia y para las de las demás instancias interconectadas con la tuya. Todo sin algoritmos, sin fomentar intencionadamente cierto contenido, y en perfecto orden cronológico.

Cada instancia puede tener su propia finalidad, sus propias normas de uso, pero por estar en una de ellas no te pierdes el contenido de otras. Y es más probado porque cada una guarda su contenido, y no hay ningún servidor central de Mastodon donde una empresa pueda espiar tus datos. También tiene todas las opciones de Twitter, con mensajes privados, contenido multimedia y una gran cantidad de caracteres para escribir.

Además de esto, está lo que se llama ActivityPub, un protocolo que hace que Mastodon también se pueda interconectar con otras redes sociales compatibles. Este blog tiene una cuenta visible en Mastodon, y si utilizas una red social como PixelFeed, alternativa a Instagram, tu cuenta también lo es. Y los usuarios de una red social pueden interactuar con los de otra.

Mastodon también tiene un sistema sencillo de verificación de indentidad, y gratis. Solo tienes que meter una línea de código en tu web o tus webs personales o profesionales, y enlazarlas. Verás que en tu perfil aparece que este enlace está verificado, y que soy realmente quien controla la web a la que enlazo, y por lo tanto la persona que digo ser.

Pero su gran problema es que también es más compleja de utilizar, y eso tira para atrás a usuarios con menos conocimientos tecnológicos o que no quieren gastar tiempo en aprender a usarla o decidir en qué instancia registrarse. La experiencia en general puede ser un poco caótica y engorrosa al principio, podríamos decir que tiene una curva de aprendizaje mayor, y eso juega en su contra.

Además, como cada instancia es independiente, esto quiere decir que también necesita utilizar su propio servidor, y los servidores tienen un coste. Esto hace que algunas instancias pidan donaciones para poder seguir existiendo, o que haya otras que cierren el registro de usuarios al no poder mantener más. En Mastodon no hay publicidad, pero cada instancia debe buscarse la vida para tener el dinero suficiente como para mantenerse online, y esto a largo plazo puede ser problemático.

Lo bueno y lo malo de Bluesky

Bluesky es una red social más sencilla y clásica. Su idea es la de crear un protocolo de redes interconectadas como en Mastodon, aunque actualmente lo que tienes es un único servidor o instancia central, que es la que utiliza todo el mundo. El hecho de que de momento incumpla sus intenciones hace también que sea mucho más fácil de entender y usar, porque hay una única página web a la que ir y donde registrarte.

Pero su gran punto a favor es su tecnología para crear Feeds. Al igual que Mastodon, Bluesky no tiene algoritmos, pero tú te puedes crear tu propio algoritmo usando un Feed, y luego puedes seguir a varios feeds para tener distintos muros de contenido con contenidos temáticos u organizados.

Por poner un ejemplo, de base tú solo tienes el típico feed de personas a las que sigues, y solo ves las publicaciones de las personas a las que sigues de forma cronológica. Pero también hay un feed llamado Bluesky Ñ, donde verás las publicaciones de todos los usuarios que escriben en español, lo que te permite descubrir a nuevas personas. Y así, puedes crear feeds para que se muestre el contenido que tenga palabras concretas o un idioma determinado, además de otros parámetros. Esto te da muchísima versatilidad para conseguir consumir contenido concreto que te pueda interesar.

Bluesky no tiene muchas de las funciones importantes de cualquier red social. No puedes enviar mensajes privados, publicar GIFs, y ni siquiera tiene un sistema de hashtags. Pero es muy fácil de usar y entender, y por eso hay muchos más usuarios “de a pie”, que no sean necesariamente geeks tecnológicos.

El gran problema de Bluesky es que requiere una invitación para poder registrarte. Y eso está limitando muchísimo su crecimiento. No me cabe ninguna duda de que si hubiera abierto los registros aunque fuera en momentos puntuales, tendría fácilmente el doble o el triple de usuarios.

Yo entiendo que mantener la red social cerrada es una buena manera de ir escalando los recursos necesarios para mantenerla de una forma sostenible, pero es muy frustrante necesitar esa invitación y tener que estar buscando y mendigando invitaciones por Internet.

Otro punto en contra puede ser que su privacidad y la flexibilidad son mucho menores al tener de momento solo una instancia principal donde se centralizan nuestros datos personales. También me parece negativo que decidieran no unir fuerzas con ActivityPub y el resto de redes sociales descentralizadas de ese protocolo, lo que es una oportunidad perdida. Habrá que esperar y ver qué pasa con el protocolo descentralizado alternativo que ellos proponen y si hay alguien que lo usa.

Y según vaya escalando la red social, hará falta ser capaces de mantenerla. Y si solo hay un servidor central, eso quiere decir que hará falta muchísimo dinero. Parece que su intención es la de crear funciones de pago, pero no descarto que acaben teniendo que meter publicidad, y eso podría llevar a algoritmos y estropear la experiencia. Quiero tener fé en que será suficiente con una versión de pago o funciones de pago, pero todo dependerá de si se conforman con ser sostenibles o también quieren ganar millonadas con la red social.

Por último, Bluesky tiene una alternativa a la verificación, aunque pronto será una función de pago. Como nombre de usuario puedes tener un dominio que te pertenece. Por ejemplo, yo en Bluesky utilizo el nombre de usuario yubal.fm, usando el dominio que le he puesto a este blog. Por lo tanto, los usuarios saben que yo soy quien digo ser en esta web, aunque no hay manera de añadir más verificaciones como sí hace Mastodon.

¿Con cuál me quedo yo?

Podría resumir esta respuesta diciendo que Mastodon es la red social que me gustaría que triunfase pero Bluesky es la red social que más acabo usando. En ninguna de ellas ha desembarcado el gran grueso de usuarios “normales” que sí hay en Twitter, en una porque es demasiado complicada y en otra porque no pueden sin invitación. Por lo tanto, lo único que encuentras de momento son geeks en Mastodon, y en Bluesky personas tan mosqueadas con Elon Musk que se han buscado la vida para conseguir una invitación.

Aunque Mastodon tuvo una época gloriosa a principios de año, actualmente la noto bastante más inactiva. Para que te hagas una idea, allí tengo 2.400 seguidores, pero cuando publico algo hay menos interacciones de las que tengo en Bluesky con mis 270 seguidores. Esto me hace pensar que pese a tener 12 millones más de usuarios, muchas de esas cuentas han sido abandonadas

Pero aun teniendo indudablemente muchos más usuarios, también se da el caso de que las conversaciones están ya más dispersas, hay más grupos de usuarios ya, y eso hace que tenga la sensación que tenía en Twitter desde hace años que bueno, pues que tampoco te van a leer mas que tres o cuatro.

Bluesky es más pequeño, pero noto a los usuarios mucho más activos y con conversaciones más versátiles y personales. Es verdad que cuando vaya creciendo las conversaciones también se van a dispersar mucho, es lo normal, pero actualmente es una red social más entretenida para interactuar.

Y a todo esto hay que añadir que, al final, todas las celebridades siguen en X, por lo que sigue siendo la red social de la que los medios se hacen eco. Y lo peor de todo es que, si soluciona sus problemas con la Unión Europea y abre en Europa, la sucesora natural sería Threads de Instagram, una red social absolutamente nefasta con un algoritmo terrible, tan terrible como el de Instagram, donde todo es un caos. Pero oye, en este caos están las celebridades con un algoritmo que fomenta su contenido, por lo que entiendo que será la sucesora, porque además es donde estarán los usuarios de a pie, esos con sus cuentas de Instagram.

Me gustaría que Mastodon o Bluesky tuvieran éxito y consiguiéramos darle importancia a una red social sin algoritmos que puedan manipular lo que leemos. Pero lo veo difícil si ninguna de ellas consigue recibir a los usuarios de a pie, esos amigos que todos tenemos que no quieren complicarse la vida con una red social.

Quizá Mastodon tiene un poco de ventaja, ya que Instagram dijo que Threads se unirá a ActivityPub, lo que puede hacer que los usuarios de ambas redes sociales convivan. Si esto pasa, algo que todavía está por ver porque Meta suele incumplir promesas, podrías consumir el contenido de las celebridades y cuentas importantes de Threads desde la privacidad de una instancia de Mastodon. Pero no creo que Meta e Instagram quieran ponérselo así de fácil.

Pero bueno, respondiendo a la pregunta principal, llevo unas semanas publicando lo mismo en Mastodon y Bluesky, y de momento prefiero usar Bluesky porque hay más gente interactuando. Esto puede cambiar en el futuro, pero es lo que pienso ahora. Habrá que ver si esta red social culmina su expansión abriéndose a todos, o acaba muriendo asfixiada por el requerir invitaciones.

#Internet #Bluesky #Mastodon #RedesSociales

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He fracasado, he acabado volviendo a Spotify pese a ser el servicio de streaming con peor calidad de sonido. Y es que después de la aventura de abandonar Spotify y haber estado un año y medio fuera de este servicio, ha habido varias cosas que me han hecho volver. Y no, al final ninguna tiene nada que ver con la calidad de la música. Lo que me ha traído arrastrándome de vuelta tiene que ver con otras pequeñas experiencias que te ofrece la plataforma.

¿Pero por qué pierdo tanto tiempo con algo tan tonto como darle mil vueltas a la plataforma de streaming que utilizo? Pues quizá porque soy tonto jaja. Pero también porque al trabajar desde casa estoy escuchando música todo el día, y siempre busco la mejor alternativa posible.

Lo muy malo de Spotify… y lo que te trae de vuelta

Antes de empezar, voy a decir que no he cambiado de opinión respecto a las cosas negativas de Spotify. Sigue siendo el servicio con peor calidad de sonido en la música, y lo que es peor, ni siquiera tiene una tecnología como el Dolby Atmos, que me pareció revolucionaria en cuanto a la experiencia de escuchar música con auriculares puestos.

Además de esto, Spotify tiene uno de los peores algoritmos de recomendaciones que puedes encontrar. Es muy inferior al de Apple Music, es terriblemente repetitivo, e incluso otros servicios muy inferiores en todo como YouTube Music hacen eso mejor. Además de esto, la pantalla principal de Spotify es mucho más sucia, y te ofrece contenido que no tiene nada que ver con lo que quieres o con lo que te busca.

Pero Spotify también tiene ventajas que no tienen que ver con la música, pero que son efectivas a la hora de traerte de vuelta. La primera es que es el estándar musical de la actualidad. Si vas a los perfiles sociales de un grupo, los enlaces que siempre comparten son los de Spotify. Si te sale publicidad en una red social, suele ser también con enlaces a Spotify. Incluso los propios músicos, el perfil de streaming musical que gestionan directamente es el de Spotify, porque es el que todos usan y el que más dinero les aporta. De nada sirve que otros servicios de streaming les den mayores ingresos por reproducción si tienen muchísimas menos personas que los usan. Lo que da dinero es Spotify.

Además de esto, también están las interacciones de todo tipo. Puedo ver lo que están escuchando los contactos a los que he seguido en Spotify. Si tengo un amigo, me da su perfil, lo sigo, y siempre veré en tiempo real lo que está escuchando. Si a esto le añades que casi todos tienen Spotify, pues es algo que te da mucho más a la hora de descubrir música. Además, si vas a hacer un viaje y estás conduciendo, puedes compartir un enlace con otra persona que vaya en el coche para que se vincule a tu reproducción y maneje todo desde su móvil. Es muy cómodo.

Y luego están las interacciones con servicios de terceros. En esto, Spotify simplemente es mil años mejor. Tienes decenas de páginas web que interactúan con tus datos de escucha, que te generan recomendaciones y listas de reproducción. Simplemente hay muchas más cosas que hacer cuando te aburres.

Spotify también ha mejorado un poco, ahora es mucho mejor a la hora de descubrir subgéneros que te gustan, y siempre tengo recomendaciones de metal progresivo…. aunque casi siempre son las mismas.

Y eso es lo que me ha hecho volver, añadiéndole que después de año y medio uno descubre que la calidad de sonido no es tan importante porque no se nota tanto. Y aunque el Dolby Atmos sí que se nota mucho, una buena mezcla en el estéreo de toda la vida también puede darte una experiencia muy buena. Con todo, Spotify dice que pronto va a lanzar su servicio de música en alta resolución, y aunque sea más caro creo que será ya el final de mi debate, porque por fin me dará casi todo lo que necesito.

#Música #Streaming #Internet

Esta ha sido una semana intensa en el mundo de las redes sociales, puesto que Meta ha lanzado Threads, su alternativa a Twitter. Lo han hecho de forma precipitada, como si fuera un parto sietemesino, y apenas tienen el esqueleto básico sin muchas de las funciones que cabrían esperar, y con sólo un feed principal que es completamente algorítmico.

Aunque en Europa no ha sido lanzado de forma oficial, ya que no cumple con los estándares de privacidad mínimos en Europa, existen métodos para instalarlo manualmente, y evidentemente no he podido resistirme a probarlo. Y he de decir que pese a que tenía muchas ganas de poder probarlo, al final ha tenido el efecto contrario al que esperaba, y en vez de engancharme me ha recordado las peores sensaciones que se pueden tener en redes sociales.

Tras un día en Threads, volví a tener esa frustrante sensación de que lo que dices se pierde en un mar de mensajes que nadie lee. Esta es una sensación que siempre tuve en Twitter, y que también pasa en Instagram. Simplemente, el algoritmo premia solo a las personas influyentes, y a los usuarios “de a pie” nos oculta de todos los demás.

Esta es una sensación opuesta a la que experimento en Mastodon, donde el engagement es muy superior, y es más fácil entrar en conversaciones y que la gente te escuche.

Por qué tengo esta sensación

Muchos le echan la culpa de esta sensación a los algoritmos, y a que Twitter, Instagram y Threads se basan excesivamente en ellos para mostrarte contenido que quizá te interese. Pero yo no creo que se deba únicamente a esto, sino a la propia estructura de la red social.

Twitter y Threads son redes sociales centralistas, en las que estás en un servidor único junto a los demás cientos de millones de usuarios. Es una vorágine de gente entre la que es muy difícil que tu voz se escuche, porque queda perdida en el ruido.

Mientras, Mastodon es una red social organizada en varios servidores mucho más pequeños, y que están interconectados entre sí. Con ello, la red social te ofrece tres feeds diferentes: el de la gente que sigues sin algoritmos, el del servidor o instancia en el que te has registrado, y el general en el que ves los mensajes de todos los usuarios de todos los servidores enlazados (federados) entre sí, siempre en orden alfabético. Además, también tienes una sección de mensajes destacados para no perderte lo más importante.

A mi parecer, este es el gran secreto de las redes sociales del fediverso, el cómo están estructuradas. Tú puedes pararte a mirar lo que escribe la gente en tu servidor, y esto te da una sensación de cercanía y mucho más engagement que el resto de feeds. Esto hace que haya más ambiente de barrio, algo más cercano pudiendo leer a los pocos de tu instancia sin que sus mensajes se pierdan en el basto feed federado.

Threads ha prometido que implementará la tecnología ActivityPub, interconectándose a las demás redes sociales del fediverso. Pero incluso si lo hace, seguirá siendo un servidor con decenas de millones de usuarios, y el feed para leer solo el contenido de tu servidor será inútil.

Threads me ha hecho valorar más Mastodon

Con todo esto, lo que ha hecho Threads es que vuelva a enamorarme del concepto de Mastodon, y desde que lo probé he vuelto a escribir mucho más en la que considero mi red social favorita. Admito que la he tenido bastante abandonada, pero ahora me he reenganchado y me he seguido topando con todas esas buenas sensaciones que recordaba de hace unos meses.

Además de esto, el nuevo impulso que esta experiencia me ha hecho darle al fediverso ha hecho que también recupere mi cuenta de Pixelfed, la alternativa a Instagram, e incluso este pequeño blog que tenía olvidado desde hace medio año.

#Personal #Internet #Threads #Mastodon #RedesSociales

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Todavía recuerdo cuando hace años Netflix era una plataforma de culto. No tenía muchas producciones, pero las que hacían propias eran excepcionales, y cuando una buena serie era cancelada en otra plataforma ellos la recuperaban para darle continuidad. Eran buenos tiempos, y pudimos disfrutar de series excepcionales como “Orange is the new black” o “House of Cards”, entre muchas otras.

Pero los años han pasado, y a finales de este 2022 Netflix es todo lo contrario a lo que era cuando todos la amábamos. Sus producciones ahora son decenas, como si fuera una fábrica de churros, y la calidad de estas ha bajado bajo mínimos. Sí, de vez en cuando les sale una muy buena serie, pero enseguida nos olvidamos de ella para seguir con las que emiten en el resto de plataformas. Además, cuando consiguen parir una de las mejores adaptaciones de uno de los cómics más imposibles de adaptar como “The Sandman”, incluso si es evidente que el presupuesto es muy bajo, tardan muchísimo en renovarla y casi la cancelan. Otras grandes series han corrido peor suerte, y Netflix se ha convertido en esa plataforma que cancela buenas series, y todos deseamos que otras acaben rescatándola.

Pero lo peor no es eso, lo peor es el feeling que dejan sus buenas series, el feeling de la decadencia de la plataforma. Con muy buenas producciones como “The Sandman”, el sabor que me queda en la boca cuando la termino es que ojalá esta serie se hubiera producido desde HBO o desde Apple TV+, ya que tendría más presupuesto, sería más seria, tendría más medios, sería mejor. Y lo mismo pasa con las malas adaptaciones como “The Witcher”, si hubiera corrido a cargo de otra plataforma posiblemente tendríamos una serie mucho mejor, y con suerte más fiel a los libros y con un mejor casting.

Y no, con el casting no quiero parecer un racista que se queja por cambios de etnias en personales, porque en The Sandman al personaje de la Muerte pasaron de hacerla blanca nieve como en los cómics a negra, y quedé encantadísimo con el resultado porque la esencia de los personajes está ahí. Pero en The Witcher han cogido a personajes como Yennefer y le han escupido a la cara. Qué mala suerte, porque es también lo que hicieron en los dos primeros videojuegos de CD Projekt, cuando hicieron un copia pega, omitieron a Yen e hicieron que Triss fuera una copia barata de ella.

Ya nadie pide series emitidas de golpe

Cuando Netflix estaba en su máximo apogeo, surgió el debate de si el resto de plataformas también debería liberar a la vez para poder hacer una buena maratón. Simplemente, Netflix tenía muy buenas serie, y con sus maratones conseguían que todos habláramos de ellas durante una o dos semanas. Eran las series a recomendar.

Pero yo considero que esto también ha pasado a mejor vida. Como he dicho antes, las pocas veces en las que Netflix consigue una buena serie todos la devoramos y comentamos… y enseguida pasamos a hablar de otras. Porque en Apple TV+ o en HBO puede que hayan estrenado una muy buena producción, y que todos estemos comentando cada capítulo durante una semana, teorizando lo que va a pasar, esperando que llegue el día de emisión del siguiente capítulo para comentarlo. Creo que simplemente es una experiencia mejor. Es verdad que a veces una serie pide ser devorada, pero ir racionándola me parece la estrategia más acertada.

Y con esto, hemos pasado de pedirle a HBO que se Netflixifique a que sea Netflix la que intente adoptar las buenas prácticas de la competencia. En mi caso, cada vez que Netflix anuncia que ha adquirido los derechos para adaptar alguna saga literaria con un tema que me interesa me acabo echando las manos a la cara y maldiciendo a quien corresponda porque los derechos no hayan ido a otra plataforma.

Sin embargo, hay algo que sí sigo agradeciéndole a Netflix, y es su apuesta por las producciones nacionales de cada país. Esto es algo que también hacen otras plataformas, pero no tanto, y esta diversidad ayuda a que determinados países como pueden ser España y Alemania crezcan en calidad de producciones ahora que saben que estas serán internacionales y no se quedarán todavía más maltratadas por algún canal convencional de televisión. Iba a decir que también quedarían inundadas de publicidad, pero no hablaré muy alto porque los anuncios también han llegado a Netflix.

#Internet #Streaming #Series #Netflix

Se acabó. Twitter se ha convertido en una red social que fomenta el odio y la desinformación, y en una seria cruzada contra la libertad de expresión y de elección. Llegados a este punto, seguir creando contenido en Twitter es amparar estas prácticas, y es algo que mi conciencia no me permite hacer.

Es por esto que he decidido borrar todas y cada una de mis publicaciones en esta red social. Sigue siendo una importante fuente de información que, por trabajo, debo seguir consultando, pero ya no interactuaré. Si alguien comparte artículos míos mencionándome lo retwittearé, pero nada más.

Confieso que ha sido un poco doloroso borrar los casi 3.500 mensajes que tenía publicados en casi 12 años registrado en esa red social, pero me siento mejor conmigo mismo después de hacerlo.

Por qué he tomado esta decisión

Elon Musk es un millonario hijo de padres de clase alta, y que tras dar el pelotazo vendiendo la empresa PayPal se hizo un nombre impulsando los coches eléctricos con su empresa Tesla y haciendo más económicos los viajes espaciales con SpaceX. Pero también tiene un lado oscuro, como fomentar estafas piramidales con criptomonedas y un par de fracasos en sus proyectos de crear un medio de transporte más rápido que los trenes de alta velocidad o crear túneles subterráneos para evitar atascos que realmente los crearon todavía más serios.

También es una persona impulsiva. En abril del 2022 decidió comprar Twitter, para unas semanas después buscar excusas desesperadamente para no hacerlo. Al final, a finales de octubre acabó teniendo que aceptar y efectuar la compra. Cuando lo hizo, prometió una nueva era de libertad y transparencia en la red social, que al final ha acabado siendo lo contrario. También ha despedido a más de la mitad de los empleados y establecido prácticas laborales esclavistas y muy tóxicas en la empresa.

Tal y como yo veo las cosas y siempre según los mensajes que él publica, Elon Musk es un racista misógino de extrema derecha. O por lo menos eso es en lo que se ha convertido en los últimos meses, porque él asegura que antes también fue de izquierdas. Su primer paso para conseguir la libertad de expresión fue considerar a quienes piensan diferente a él bots y trolls. Se posicionó en contra de los movimientos que buscan la igualdad de género y una representación menos racista en las series y películas. Mientras despreciaba a una parte de los usuarios, empezó a levantar los bloqueos establecidos por el Twitter anterior a él a difusores de noticias falsas, racistas y sexistas.

Twitter siempre fue una red social absolutamente tóxica, donde el odio y los insultos predominaban. Pero también es la red social más influyente de occidente, con muchos medios de comunicación publicando allí su contenido, y periodistas de todo el mundo cubriendo lo que está pasando en tiempo real. Allí me he informado mucho sobre eventos recientes como la invasión rusa de Ucrania o la revolución en Irán en busca de la libertad. En ocasiones, su influencia incluso estaba exagerada, con medios de comunicación dándole demasiada voz a cuatro gatos criticando cosas puntuales que a nadie le importan. Pero era un mal conocido, y los veteranos aprendimos a navegar esas aguas.

Pero ahora el odio y la crispación se han desatado todavía más. Y claro, como los medios de comunicación cuentan lo que pasa, Elon Musk también les ha declarado la guerra. Solo hay sitio para su realidad paralela, y prefiere fomentar grupos racistas de desinformación como QAnon mientras llama mentirosos a verificadores y medios serios.

Ante estas prácticas, muchos usuarios hemos buscado alternativas a Twitter, y hemos encontrado en Mastodon un nuevo hogar. Es una red descentralizada y dividida en servidores interconectados, donde lo primero que sorprende es que hay bastante positividad, algo que contrasta con la creciente crispación. Desde el principio Elon Musk ha estado insultando a Mastodon y sus usuarios, pero hoy ha dado el último paso suspendiendo la cuenta oficial de Mastodon en Twitter y marcando como potencialmente peligrosos todos los enlaces que apuntan a esa red social.

Posiblemente haya personas que piensen diferente a mi, y que consideren que Twitter es un lugar mejor. Cada uno tenemos una opinión marcada por nuestra experiencia y puntos de vista, y si piensas que ahora Twitter es mejor que antes yo solo puedo respetar tu opinión, aunque la mía sea opuesta. Y es esta incomodidad provocada por las prácticas la que me ha llevado a dejar de estar activo en Twitter.

#Internet #Twitter #Personal #RedesSociales

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Cada fin de año, todos los servicios de streaming te ofrecen un resumen anual con tus estadísticas de escucha, y no es raro encontrarte en redes sociales con los Spotify Wrapped o Apple Music Replay de turno. Pero todos estos sistemas tienen un problema, y es que sólo muestran los datos de lo que escuchas en esas plataformas concretas. ¿Qué pasa si utilizas varios servicios de streaming o si quieres contabilizar también lo que escuchas en formato físico?

Es aquí cuando entra en juego un viejo conocido llamado Last.fm. Se trata de un servicio de scrobbling, que es el término que se utiliza para referirse a enviar tus datos de escucha. Servicios como Spotify, Tidal o Qobuz incluyen en su configuración un apartado para hacer scrobbling a Last.fm, en Apple Music puedes usar apps de terceros, y también tienes otras aplicaciones para recopilar lo que escuchas en Windows o macOS.

Además, hay páginas como OpenScrobbler que te sirven para añadir datos a mano de una canción o un disco que has escuchado. Gracias a esto, si estoy escuchando un CD o un disco de vinilo puedo añadirlo a mis datos de Last.fm, y todo contabiliza y queda centralizado en una misma web.

Last.fm es un servicio que tiene más de una década a sus espaldas, y personalmente tuve una cuenta hace muchísimos años que abandoné, y desde hace dos o tres años vuelvo a tener otra. Y no te puedes imaginar lo que me arrepiento de no haber continuado haciendo scrobbling y no poder contar con los datos de toda una década.

Soy un loco de las estadísticas musicales

Lo admito, puede que te traiga absolutamente sin cuidado todo eso de las estadísticas musicales, y que te parezca demasiada complicación para el poco uso que le vas a dar. Pero es que en el caso de que resúmenes como Spotify Wrapped te gusten, con Last.fm vas a poder ver las estadísticas de lo que escuchas cada día, cada semana, cada mes o cada año.

Y es más, hay servicios de terceros con los que puedes crear fichas o stories de Instagram con estadísticas de lo más escuchado de la semana o mes, o puedes crear imágenes compuestas con las portadas de los discos más escuchados. Uno de mis favoritos es Musicorum, (la composición de 9 portadas la creé con ella) que también ha prometido volver a traer este fin de año su propio Wrapped.

Si eres un friki de estas cosas como yo, incluso puedes pagar 3 euros mensuales para tener estadísticas resumidas cada mes, incluyendo mi favorita, una evolución de los géneros musicales que escuchas más a lo largo del tiempo. Así puedo saber tonterías que a mi me parecen muy interesantes, como que todo el año el rock progresivo lleva liderando junto al metal progresivo mis estadísticas, pero que gracias a un grupo musical islandés en noviembre escuché más música considerada indie.

Last.fm también es una red social, y puedes dejar comentarios en los perfiles de otros usuarios, así como en las fichas de una canción, disco o grupo concretos. No es algo que los usuarios de la red usen demasiado, pero ahí está. Esto hace que puedas “espiar” lo que escuchan tus amistades dentro de la red, que por cierto en cada usuario verás el índice de afinidad para ver si tienes gustos parecidos, y así saber si las ideas de grupos nuevos que vas a encontrar en su perfil te interesan o no.

Si eres una persona que ha cometido el error de hablar conmigo sobre música, ya sabrás que es un tema que me apasiona, y que si me dejas puedo decirte desde un magnífico grupo de metal árabe tunecino hasta un fantástico grupo islandés de folk, o uno ucraniano de hard rock. Escucho mucho y me gusta explorar la música de distintos sitios, y poder tener todos mis datos centralizados para ver luego qué grupos, canciones o discos escucho más es algo que personalmente me encanta. Y si también tienes afición por esto o quieres un ejemplo, mi perfil allí es Last.fm/user/Yubal_FM.

#Música #Streaming #Internet

En enero de 2022 tomé la decisión de abandonar Spotify. Tras muchos años siendo usuario premium de esta plataforma de streaming musical, acabé cansado de que incumplieran su anuncio de meter música en alta definición, y decidí explorar el panorama de la competencia para ver lo que podía ofrecerme.

Esto es algo complicado, porque Spotify es la plataforma de música más utilizada y tiene muchas interacciones sociales y con servicios de terceros. Por lo tanto, dejaría de poder saber lo que escuchan los demás, dejaría de poder crear muchas cosas a partir de mis datos de escucha. Pero Spotify es ya una de las que peor calidad de sonido tiene, y eso me animó a dar el salto.

Como spoiler, diré que desde verano estoy en Apple Music, que es la que me ha convencido, y que finalmente lo que me ha atrapado no es tanto la calidad de sonido HiFi como el Dolby Atmos. Esta tecnología me parece la mejor innovación en la manera de escuchar música en años. Siempre depende de la calidad de la mezcla, pero un buen disco con Dolby Atmos te hace sentir dentro de él, pudiendo escuchar con precisión el sitio en el que está cada instrumento, y superando por mucho lo que puede llegar a ofrecer el Stereo, que con buenas mezclas tampoco es poco.

Pero hasta llegar a Apple Music, pasé por muchas otras plataformas. Probé Tidal, YouTube Music, Amazon Music, Qobuz, Deezer y finalmente Apple Music, y cada una de ellas ofrecía algo único y diferenciador, aunque algunas me convencieron mucho más que las demás. Todas las probé con sus promociones de mes gratuito por nuevo usuario, y voy a decirte brevemente lo que me pareció cada una de ellas.

  • Tidal: Es muy parecida a Spotify con todas sus listas de reproducción personalizadas y ofrece dos calidades musicales, una con calidad CD que ya es muchísimo mejor que Spotify y por el mismo precio, y otra con mucha mejor calidad todavía. Me gustó su sonido, tiene Dolby Atmos aunque poco, pero no me gustó nada que tiene lo que más odio de Spotify: que te muestra mucha música promocionada que no te interesa. Estuve bastante tiempo con ella, pero acabé buscando otros horizontes.
  • Qobuz: Con diferencia, esta es la plataforma con mejor calidad musical. No tiene algoritmos ni recomendaciones personalizadas, simplemente eliges los géneros musicales que quieres que se muestren en tu página y listo. Su experiencia es como la de entrar en una tienda de discos, no hay recomendaciones y tienes que explorar por tu cuenta. En su contra está que también es la plataforma más cara.
  • YouTube Music y Amazon Music: Estas las pongo en el mismo punto porque las dos me horrorizaron. Tiene unas interfaces y aplicaciones móviles horrorosas, en funciones y contenido no ofrecían nada que me interesase. Amazon te empuja demasiado a sus productos como altavoces inteligentes para disfrutarla más, y YouTube simplemente es la única con peor calidad de sonido que Spotify. Estas me duraron poco, en uno o dos días ya supe que no eran para mi.
  • Deezer: Aunque la probé antes que Apple Music, luego me di cuenta que esta plataforma intenta ofrecerte lo mismo que Apple… aunque con peor diseño y peores recomendaciones. Solo tiene calidad CD, que ya es mucho mejor que Spotify, pero tiene una función que me gustaría ver en todas: puedes elegir tu estado del humor y te sugiere canciones acordes a tus gustos que coincidan con ese humor. Es algo simplemente mágico, aunque en todo lo demás estaba un poco por debajo.
  • Apple Music: Es la que menos listas de reproducción personalizadas ofrece (sin contar Qobuz), pero la que mejores recomendaciones tiene. Simplemente, Apple da en el clavo con sus algoritmos. En su índice no te muestra música que no esté relacionada con lo que escuchas (nada del Reggaeton que te intenta poner delante Spotify o el R&B de Tidal), y es capaz de detectar su subgénero. Me enamoró cuando empezó a recomendarme cada día discos de rock progresivo de forma específica.

Apple Music no es perfecta. Para empezar, si no eres usuario de productos Apple te escupe en la cara, porque en Windows tienes que usar un iTunes que duele a los ojos verlo de lo lento y mal diseñado que está, y en Android la app no funciona tan bien como en iOS.

Además, es la que más impedimentos me pone para poder scrobblear canciones en Last.fm, ya que es en esta web donde centralizo mis estadísticas de escucha, añadiendo las canciones que escucho en streaming de forma automática y las que escucho en CD o vinilo de forma manual. Afortunadamente, hay aplicaciones de terceros que me permitieron enviar automáticamente por scrobbling la música que escucho en Apple Music a Last.fm, pero no lo hace de forma nativa.

Pero tiene las mejores recomendaciones, y un sistema de perfiles que, sin llegar a las interacciones sociales que permite Spotify, por lo menos te deja seguir a usuarios y que te sigan para explorar lo más destacado entre lo que escuchan. Pero lo más determinante ha sido la calidad Dolby Atmos que ofrece, y que su página principal esté limpia de música promocional que no te interesa: sólo te ofrecen discos de géneros que te gustan.

Sin embargo, todavía hay algunas cosas que echo de menos de Spotify. Sobre todo dos. En primer lugar, Spotify Connect ofrece una experiencia para pasar la reproducción de un dispositivo a otro o controlarla desde un dispositivo en el otro que ninguna de las otras plataformas de streaming ofrece. Simplemente, es muy superior.

Aunque las recomendaciones de sus muchas playlist personalizadas diarias son malas, echo de menos que Apple Music tenga alguna lista de reproducción personal más. Diré que su “Radio” con una combinación de canciones de grupos que me gustan y otras de similares” es muy buena, y que tengo la lista de estrenos de los viernes, y puedo crear playlists de muchas maneras, pero que las 4 o 5 personalizadas para ti que te ofrecen sean de actualización semanal en vez de diaria no me termina de convencer.

Sin embargo, no me veo volviendo a Spotify ni cuando por fin llegue la música HiFi que prometieron para 2021. En parte porque este año también he transicionado dentro del ecosistema de Apple y ya no me molesta que las apps para Windows o Android sean malas, y en parte porque no quiero que un servicio por el que pago me siga metiendo delante de la cara géneros musicales que no me interesan.

#Música #Streaming #Internet