Yúbal.FM

Streaming

He fracasado, he acabado volviendo a Spotify pese a ser el servicio de streaming con peor calidad de sonido. Y es que después de la aventura de abandonar Spotify y haber estado un año y medio fuera de este servicio, ha habido varias cosas que me han hecho volver. Y no, al final ninguna tiene nada que ver con la calidad de la música. Lo que me ha traído arrastrándome de vuelta tiene que ver con otras pequeñas experiencias que te ofrece la plataforma.

¿Pero por qué pierdo tanto tiempo con algo tan tonto como darle mil vueltas a la plataforma de streaming que utilizo? Pues quizá porque soy tonto jaja. Pero también porque al trabajar desde casa estoy escuchando música todo el día, y siempre busco la mejor alternativa posible.

Lo muy malo de Spotify… y lo que te trae de vuelta

Antes de empezar, voy a decir que no he cambiado de opinión respecto a las cosas negativas de Spotify. Sigue siendo el servicio con peor calidad de sonido en la música, y lo que es peor, ni siquiera tiene una tecnología como el Dolby Atmos, que me pareció revolucionaria en cuanto a la experiencia de escuchar música con auriculares puestos.

Además de esto, Spotify tiene uno de los peores algoritmos de recomendaciones que puedes encontrar. Es muy inferior al de Apple Music, es terriblemente repetitivo, e incluso otros servicios muy inferiores en todo como YouTube Music hacen eso mejor. Además de esto, la pantalla principal de Spotify es mucho más sucia, y te ofrece contenido que no tiene nada que ver con lo que quieres o con lo que te busca.

Pero Spotify también tiene ventajas que no tienen que ver con la música, pero que son efectivas a la hora de traerte de vuelta. La primera es que es el estándar musical de la actualidad. Si vas a los perfiles sociales de un grupo, los enlaces que siempre comparten son los de Spotify. Si te sale publicidad en una red social, suele ser también con enlaces a Spotify. Incluso los propios músicos, el perfil de streaming musical que gestionan directamente es el de Spotify, porque es el que todos usan y el que más dinero les aporta. De nada sirve que otros servicios de streaming les den mayores ingresos por reproducción si tienen muchísimas menos personas que los usan. Lo que da dinero es Spotify.

Además de esto, también están las interacciones de todo tipo. Puedo ver lo que están escuchando los contactos a los que he seguido en Spotify. Si tengo un amigo, me da su perfil, lo sigo, y siempre veré en tiempo real lo que está escuchando. Si a esto le añades que casi todos tienen Spotify, pues es algo que te da mucho más a la hora de descubrir música. Además, si vas a hacer un viaje y estás conduciendo, puedes compartir un enlace con otra persona que vaya en el coche para que se vincule a tu reproducción y maneje todo desde su móvil. Es muy cómodo.

Y luego están las interacciones con servicios de terceros. En esto, Spotify simplemente es mil años mejor. Tienes decenas de páginas web que interactúan con tus datos de escucha, que te generan recomendaciones y listas de reproducción. Simplemente hay muchas más cosas que hacer cuando te aburres.

Spotify también ha mejorado un poco, ahora es mucho mejor a la hora de descubrir subgéneros que te gustan, y siempre tengo recomendaciones de metal progresivo…. aunque casi siempre son las mismas.

Y eso es lo que me ha hecho volver, añadiéndole que después de año y medio uno descubre que la calidad de sonido no es tan importante porque no se nota tanto. Y aunque el Dolby Atmos sí que se nota mucho, una buena mezcla en el estéreo de toda la vida también puede darte una experiencia muy buena. Con todo, Spotify dice que pronto va a lanzar su servicio de música en alta resolución, y aunque sea más caro creo que será ya el final de mi debate, porque por fin me dará casi todo lo que necesito.

#Música #Streaming #Internet

Todavía recuerdo cuando hace años Netflix era una plataforma de culto. No tenía muchas producciones, pero las que hacían propias eran excepcionales, y cuando una buena serie era cancelada en otra plataforma ellos la recuperaban para darle continuidad. Eran buenos tiempos, y pudimos disfrutar de series excepcionales como “Orange is the new black” o “House of Cards”, entre muchas otras.

Pero los años han pasado, y a finales de este 2022 Netflix es todo lo contrario a lo que era cuando todos la amábamos. Sus producciones ahora son decenas, como si fuera una fábrica de churros, y la calidad de estas ha bajado bajo mínimos. Sí, de vez en cuando les sale una muy buena serie, pero enseguida nos olvidamos de ella para seguir con las que emiten en el resto de plataformas. Además, cuando consiguen parir una de las mejores adaptaciones de uno de los cómics más imposibles de adaptar como “The Sandman”, incluso si es evidente que el presupuesto es muy bajo, tardan muchísimo en renovarla y casi la cancelan. Otras grandes series han corrido peor suerte, y Netflix se ha convertido en esa plataforma que cancela buenas series, y todos deseamos que otras acaben rescatándola.

Pero lo peor no es eso, lo peor es el feeling que dejan sus buenas series, el feeling de la decadencia de la plataforma. Con muy buenas producciones como “The Sandman”, el sabor que me queda en la boca cuando la termino es que ojalá esta serie se hubiera producido desde HBO o desde Apple TV+, ya que tendría más presupuesto, sería más seria, tendría más medios, sería mejor. Y lo mismo pasa con las malas adaptaciones como “The Witcher”, si hubiera corrido a cargo de otra plataforma posiblemente tendríamos una serie mucho mejor, y con suerte más fiel a los libros y con un mejor casting.

Y no, con el casting no quiero parecer un racista que se queja por cambios de etnias en personales, porque en The Sandman al personaje de la Muerte pasaron de hacerla blanca nieve como en los cómics a negra, y quedé encantadísimo con el resultado porque la esencia de los personajes está ahí. Pero en The Witcher han cogido a personajes como Yennefer y le han escupido a la cara. Qué mala suerte, porque es también lo que hicieron en los dos primeros videojuegos de CD Projekt, cuando hicieron un copia pega, omitieron a Yen e hicieron que Triss fuera una copia barata de ella.

Ya nadie pide series emitidas de golpe

Cuando Netflix estaba en su máximo apogeo, surgió el debate de si el resto de plataformas también debería liberar a la vez para poder hacer una buena maratón. Simplemente, Netflix tenía muy buenas serie, y con sus maratones conseguían que todos habláramos de ellas durante una o dos semanas. Eran las series a recomendar.

Pero yo considero que esto también ha pasado a mejor vida. Como he dicho antes, las pocas veces en las que Netflix consigue una buena serie todos la devoramos y comentamos… y enseguida pasamos a hablar de otras. Porque en Apple TV+ o en HBO puede que hayan estrenado una muy buena producción, y que todos estemos comentando cada capítulo durante una semana, teorizando lo que va a pasar, esperando que llegue el día de emisión del siguiente capítulo para comentarlo. Creo que simplemente es una experiencia mejor. Es verdad que a veces una serie pide ser devorada, pero ir racionándola me parece la estrategia más acertada.

Y con esto, hemos pasado de pedirle a HBO que se Netflixifique a que sea Netflix la que intente adoptar las buenas prácticas de la competencia. En mi caso, cada vez que Netflix anuncia que ha adquirido los derechos para adaptar alguna saga literaria con un tema que me interesa me acabo echando las manos a la cara y maldiciendo a quien corresponda porque los derechos no hayan ido a otra plataforma.

Sin embargo, hay algo que sí sigo agradeciéndole a Netflix, y es su apuesta por las producciones nacionales de cada país. Esto es algo que también hacen otras plataformas, pero no tanto, y esta diversidad ayuda a que determinados países como pueden ser España y Alemania crezcan en calidad de producciones ahora que saben que estas serán internacionales y no se quedarán todavía más maltratadas por algún canal convencional de televisión. Iba a decir que también quedarían inundadas de publicidad, pero no hablaré muy alto porque los anuncios también han llegado a Netflix.

#Internet #Streaming #Series #Netflix

Cada fin de año, todos los servicios de streaming te ofrecen un resumen anual con tus estadísticas de escucha, y no es raro encontrarte en redes sociales con los Spotify Wrapped o Apple Music Replay de turno. Pero todos estos sistemas tienen un problema, y es que sólo muestran los datos de lo que escuchas en esas plataformas concretas. ¿Qué pasa si utilizas varios servicios de streaming o si quieres contabilizar también lo que escuchas en formato físico?

Es aquí cuando entra en juego un viejo conocido llamado Last.fm. Se trata de un servicio de scrobbling, que es el término que se utiliza para referirse a enviar tus datos de escucha. Servicios como Spotify, Tidal o Qobuz incluyen en su configuración un apartado para hacer scrobbling a Last.fm, en Apple Music puedes usar apps de terceros, y también tienes otras aplicaciones para recopilar lo que escuchas en Windows o macOS.

Además, hay páginas como OpenScrobbler que te sirven para añadir datos a mano de una canción o un disco que has escuchado. Gracias a esto, si estoy escuchando un CD o un disco de vinilo puedo añadirlo a mis datos de Last.fm, y todo contabiliza y queda centralizado en una misma web.

Last.fm es un servicio que tiene más de una década a sus espaldas, y personalmente tuve una cuenta hace muchísimos años que abandoné, y desde hace dos o tres años vuelvo a tener otra. Y no te puedes imaginar lo que me arrepiento de no haber continuado haciendo scrobbling y no poder contar con los datos de toda una década.

Soy un loco de las estadísticas musicales

Lo admito, puede que te traiga absolutamente sin cuidado todo eso de las estadísticas musicales, y que te parezca demasiada complicación para el poco uso que le vas a dar. Pero es que en el caso de que resúmenes como Spotify Wrapped te gusten, con Last.fm vas a poder ver las estadísticas de lo que escuchas cada día, cada semana, cada mes o cada año.

Y es más, hay servicios de terceros con los que puedes crear fichas o stories de Instagram con estadísticas de lo más escuchado de la semana o mes, o puedes crear imágenes compuestas con las portadas de los discos más escuchados. Uno de mis favoritos es Musicorum, (la composición de 9 portadas la creé con ella) que también ha prometido volver a traer este fin de año su propio Wrapped.

Si eres un friki de estas cosas como yo, incluso puedes pagar 3 euros mensuales para tener estadísticas resumidas cada mes, incluyendo mi favorita, una evolución de los géneros musicales que escuchas más a lo largo del tiempo. Así puedo saber tonterías que a mi me parecen muy interesantes, como que todo el año el rock progresivo lleva liderando junto al metal progresivo mis estadísticas, pero que gracias a un grupo musical islandés en noviembre escuché más música considerada indie.

Last.fm también es una red social, y puedes dejar comentarios en los perfiles de otros usuarios, así como en las fichas de una canción, disco o grupo concretos. No es algo que los usuarios de la red usen demasiado, pero ahí está. Esto hace que puedas “espiar” lo que escuchan tus amistades dentro de la red, que por cierto en cada usuario verás el índice de afinidad para ver si tienes gustos parecidos, y así saber si las ideas de grupos nuevos que vas a encontrar en su perfil te interesan o no.

Si eres una persona que ha cometido el error de hablar conmigo sobre música, ya sabrás que es un tema que me apasiona, y que si me dejas puedo decirte desde un magnífico grupo de metal árabe tunecino hasta un fantástico grupo islandés de folk, o uno ucraniano de hard rock. Escucho mucho y me gusta explorar la música de distintos sitios, y poder tener todos mis datos centralizados para ver luego qué grupos, canciones o discos escucho más es algo que personalmente me encanta. Y si también tienes afición por esto o quieres un ejemplo, mi perfil allí es Last.fm/user/Yubal_FM.

#Música #Streaming #Internet

En enero de 2022 tomé la decisión de abandonar Spotify. Tras muchos años siendo usuario premium de esta plataforma de streaming musical, acabé cansado de que incumplieran su anuncio de meter música en alta definición, y decidí explorar el panorama de la competencia para ver lo que podía ofrecerme.

Esto es algo complicado, porque Spotify es la plataforma de música más utilizada y tiene muchas interacciones sociales y con servicios de terceros. Por lo tanto, dejaría de poder saber lo que escuchan los demás, dejaría de poder crear muchas cosas a partir de mis datos de escucha. Pero Spotify es ya una de las que peor calidad de sonido tiene, y eso me animó a dar el salto.

Como spoiler, diré que desde verano estoy en Apple Music, que es la que me ha convencido, y que finalmente lo que me ha atrapado no es tanto la calidad de sonido HiFi como el Dolby Atmos. Esta tecnología me parece la mejor innovación en la manera de escuchar música en años. Siempre depende de la calidad de la mezcla, pero un buen disco con Dolby Atmos te hace sentir dentro de él, pudiendo escuchar con precisión el sitio en el que está cada instrumento, y superando por mucho lo que puede llegar a ofrecer el Stereo, que con buenas mezclas tampoco es poco.

Pero hasta llegar a Apple Music, pasé por muchas otras plataformas. Probé Tidal, YouTube Music, Amazon Music, Qobuz, Deezer y finalmente Apple Music, y cada una de ellas ofrecía algo único y diferenciador, aunque algunas me convencieron mucho más que las demás. Todas las probé con sus promociones de mes gratuito por nuevo usuario, y voy a decirte brevemente lo que me pareció cada una de ellas.

  • Tidal: Es muy parecida a Spotify con todas sus listas de reproducción personalizadas y ofrece dos calidades musicales, una con calidad CD que ya es muchísimo mejor que Spotify y por el mismo precio, y otra con mucha mejor calidad todavía. Me gustó su sonido, tiene Dolby Atmos aunque poco, pero no me gustó nada que tiene lo que más odio de Spotify: que te muestra mucha música promocionada que no te interesa. Estuve bastante tiempo con ella, pero acabé buscando otros horizontes.
  • Qobuz: Con diferencia, esta es la plataforma con mejor calidad musical. No tiene algoritmos ni recomendaciones personalizadas, simplemente eliges los géneros musicales que quieres que se muestren en tu página y listo. Su experiencia es como la de entrar en una tienda de discos, no hay recomendaciones y tienes que explorar por tu cuenta. En su contra está que también es la plataforma más cara.
  • YouTube Music y Amazon Music: Estas las pongo en el mismo punto porque las dos me horrorizaron. Tiene unas interfaces y aplicaciones móviles horrorosas, en funciones y contenido no ofrecían nada que me interesase. Amazon te empuja demasiado a sus productos como altavoces inteligentes para disfrutarla más, y YouTube simplemente es la única con peor calidad de sonido que Spotify. Estas me duraron poco, en uno o dos días ya supe que no eran para mi.
  • Deezer: Aunque la probé antes que Apple Music, luego me di cuenta que esta plataforma intenta ofrecerte lo mismo que Apple… aunque con peor diseño y peores recomendaciones. Solo tiene calidad CD, que ya es mucho mejor que Spotify, pero tiene una función que me gustaría ver en todas: puedes elegir tu estado del humor y te sugiere canciones acordes a tus gustos que coincidan con ese humor. Es algo simplemente mágico, aunque en todo lo demás estaba un poco por debajo.
  • Apple Music: Es la que menos listas de reproducción personalizadas ofrece (sin contar Qobuz), pero la que mejores recomendaciones tiene. Simplemente, Apple da en el clavo con sus algoritmos. En su índice no te muestra música que no esté relacionada con lo que escuchas (nada del Reggaeton que te intenta poner delante Spotify o el R&B de Tidal), y es capaz de detectar su subgénero. Me enamoró cuando empezó a recomendarme cada día discos de rock progresivo de forma específica.

Apple Music no es perfecta. Para empezar, si no eres usuario de productos Apple te escupe en la cara, porque en Windows tienes que usar un iTunes que duele a los ojos verlo de lo lento y mal diseñado que está, y en Android la app no funciona tan bien como en iOS.

Además, es la que más impedimentos me pone para poder scrobblear canciones en Last.fm, ya que es en esta web donde centralizo mis estadísticas de escucha, añadiendo las canciones que escucho en streaming de forma automática y las que escucho en CD o vinilo de forma manual. Afortunadamente, hay aplicaciones de terceros que me permitieron enviar automáticamente por scrobbling la música que escucho en Apple Music a Last.fm, pero no lo hace de forma nativa.

Pero tiene las mejores recomendaciones, y un sistema de perfiles que, sin llegar a las interacciones sociales que permite Spotify, por lo menos te deja seguir a usuarios y que te sigan para explorar lo más destacado entre lo que escuchan. Pero lo más determinante ha sido la calidad Dolby Atmos que ofrece, y que su página principal esté limpia de música promocional que no te interesa: sólo te ofrecen discos de géneros que te gustan.

Sin embargo, todavía hay algunas cosas que echo de menos de Spotify. Sobre todo dos. En primer lugar, Spotify Connect ofrece una experiencia para pasar la reproducción de un dispositivo a otro o controlarla desde un dispositivo en el otro que ninguna de las otras plataformas de streaming ofrece. Simplemente, es muy superior.

Aunque las recomendaciones de sus muchas playlist personalizadas diarias son malas, echo de menos que Apple Music tenga alguna lista de reproducción personal más. Diré que su “Radio” con una combinación de canciones de grupos que me gustan y otras de similares” es muy buena, y que tengo la lista de estrenos de los viernes, y puedo crear playlists de muchas maneras, pero que las 4 o 5 personalizadas para ti que te ofrecen sean de actualización semanal en vez de diaria no me termina de convencer.

Sin embargo, no me veo volviendo a Spotify ni cuando por fin llegue la música HiFi que prometieron para 2021. En parte porque este año también he transicionado dentro del ecosistema de Apple y ya no me molesta que las apps para Windows o Android sean malas, y en parte porque no quiero que un servicio por el que pago me siga metiendo delante de la cara géneros musicales que no me interesan.

#Música #Streaming #Internet

El año está terminando, y si echo la vista hacia atrás veo que la mejor serie del 2022 fue una estrenada a principios de año. Simplemente, en todo el 2022 no ha salido una que esté a la altura de Severance, creada por Dan Erickson y dirigida por Ben Stiller para Apple TV+.

Como resumen, diré que su trama me ha volado la cabeza como hacía años que no me la volaba ninguna serie, y que me ha dejado hambriento de más, aunque sé que una buena producción debe cocinarse a fuego lento. El sabor que me ha dejado en la boca es el mismo que me dejaba hace mil años series como Lost, aunque espero que esta no improvise y que tenga un final digno cuando le toque.

La premisa es fantástica y muy original: en un mundo distópico hay una empresa que le ofrece a sus empleados poder separar su mente: cuando están en el trabajo no recuerdan nada de su vida fuera de él, y cuando están fueran del trabajo no recuerdan nada de su vida dentro del trabajo. Esto hace que coexistan dos personalidades, dos partes de uno mismo, ya que nosotros somos nuestras experiencias. Las personas de dentro del trabajo no recuerdan nada de su vida fuera, y eso hace que sean diferentes, pero que también el descubrir quienes son en realidad sea un misterio.

No quiero decir mucho para no estropear la sorpresa, pero es una de esas series que te impacta y te hechizan desde el primer capítulo, y según van apareciendo misterios te va atrapando y dejando con ganas de más. Es realmente difícil no devorarla enseguida. Pocas series hay que te creen estas sensaciones y que estén tan bien escritas, y realmente es una de esas producciones que le dan valor a un servicio de streaming.

Con ella y otras de sus producciones recientes, Apple TV+ se ha ganado mi respeto y que acabe percibiéndola de la misma manera que lo hago con HBO: menos series pero de gran calidad te dan más valor que muchas series pero de calidad mediocre, que es lo que le está pasando a Netflix.

#Series #Apple #Streaming