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Prog

Dry River es el mejor grupo de rock de España, y da igual si te gusta el rock duro, el progresivo, el metal o el rock más melódico, porque ellos lo hacen todo con su propuesta de “surtido-Cuétara-rock”. Su anterior disco, 2038, es el mejor disco de rock español de la década pasada, y una auténtica maravilla para los sentidos.

Habiendo parido entonces el mejor disco de rock de la pasada década, y después de haber sufrido cambios importantes en la plantilla con la marcha de dos miembros, uno de ellos uno de los pilares fundamentales de la banda, me imagino que debes tener una presión enorme a la hora de encarar un nuevo trabajo. Yo también andaba con algunas dudas respecto a cómo saldría, pero solo duraron hasta que lo escuché.

Pero es un disco brillante. Bastante diferente al anterior en algunas cosas, pero brillante. Casi todas las canciones me han entrado sin problemas a la primera, y aunque un par de ellas se resistieron me entraron enseguida en las demás escuchas. Las canciones son variadas, como siempre, habiendo más oscuras como La Serpiente, más técnicas como Segundo Intento, más metaleras como Capitán Veneno, y su característico toque de humor como Funeral.

La principal diferencia está en el enfoque y el sonido. Para este trabajo han trabajado con el productor Carlos Raya, mítico guitarrista de Sangre Azul y productor de bandas como Antonio Vega, M Clan, Fito y Fitipaldis o Leiva. Y ese toque más comercial y enfocado se nota mucho en Cuarto Creciente.

El disco es más serio y directo, y aunque las canciones mantienen ese toque progresivo con varios cambios de ritmo y estilo en un mismo tema, hay menos florituras y arreglos variados. En ese aspecto, es más sencillo, más pensado para que cuando el grupo toca en directo sea tal cuál suena en el disco. Pero las señas de identidad de la banda se mantienen, con los coros a lo Queen, las letras capaces de tocar varios temas que van desde el homenaje a un legendario comparsista del Carnaval de Cádiz hasta los sentimientos que provocó en nosotros la pandemia del COVID, pasando por otros temas sociales, o incluso divertidos.

Quizá, a nivel personal me parece que se nota un poco que en 2038 le daban más rienda suelta a la creatividad y la experimentación, mientras que se nota que este es un trabajo más profesional, maduro y enfocado para un público “más serio”. Han mantenido su toque de humor con una canción, pero se echa de menos que haya algún tema más de ese corte como en el trabajo anterior. Se nota la diferencia de tono en la música y los arreglos.

Sin embargo, también considero que estos cambios son importantes para una banda, que es bueno que cada disco tenga su propia personalidad, y que hubiera sido efectivo a corto plazo pero quizá menos a largo plazo seguir haciendo siempre más de lo mismo. Hay muchas bandas que se quedan estancadas ahí. A nivel personal, 2038 me gusta un poco más, aunque Cuarto Creciente sigue siendo lo mejor que he escuchado en mucho tiempo en el ámbito del rock en español.

Pero si estás leyendo estas líneas, lo mejor es que no me creas a mi, porque soy imparcial. Me declaro fan acérrimo de la banda, desde el verano pasado ya les he visto 3 veces en directo, y estoy deseando seguir haciéndolo. Lo mejor es que lo escuches por tu cuenta y con la mente abierta. Y que no te de pudor ir a un concierto de ellos, que no te lo vas a encontrar lleno de melenudos que te miran mal sabiendo que no eres de los suyos. En los conciertos de Dry River he visto franjas de edad que van desde los 13 hasta los 60 y muchos años. Es una fiesta de la música para todos como muy pocas bandas son capaces de ofrecer.

Y por cierto, este es otro de los secretos, los discos de la banda son brillantes, pero en directo sobresalen todavía más gracias a su carisma. Es una auténtica fiesta.

#Música #Prog #Rock #DryRiver

Leprous es una de las mejores bandas de metal progresivo que hay en la actualidad, y aunque de vez en cuando había escuchado alguna canción en el pasado, ha sido este año cuando he conseguido sumergirme finalmente en su mundo musical. No son un grupo fácil de escuchar, porque su música puede resultar muy diferente, extraña, peculiar, y te lleva por caminos no siempre melódicos y no siempre fáciles de digerir. Tiene mezcla de música profunda y contemplativa, con otras partes más potentes o incluso estridentes, y luego hay temas que a todo eso le añaden unos estribillos muy melódicos.

Primero fueron una o dos canciones, con momentos increscendo en los que la voz de Einar Solberg luce con luz propia. Me recuerdo pensar que era imposible que un hombre tuviera una voz así de versátil y capaz de llegar a unos tonos tan altos. Pero luego lo escuchas en algún vídeo en directo y ves que sí, que es una de las voces más prodigiosas que has escuchado en tu vida. Pero aun así, no siempre es suficiente como para conseguir engancharte al grupo. Suenan demasiado “raro”.

Hace unos meses escuché una reseña en YouTube de un estadounidense que hablaba con ellos, y que comparaba la primera vez que los escuchas con la primera vez que bebes whisky. En el primer sorbo te pueden repeler, pero si les das tiempo y sigues bebiendo acaban enganchándote para siempre. El caso es que durante todo 2021 muchos algoritmos de música que escuchaba me apuntaban hacia ellos, pero nunca me terminaban de enganchar más que con una o dos canciones.

Con “The Congregation” Leprous consiguió enamorarme

“The Congregation” es considerado por muchos como la mejor obra de la banda, e incluso uno de los mejores discos de Prog de la última década. Y fue escuchándolo entero una noche cuando hubo una canción que consiguió engancharme y hechizarme. La canción se llama “The Flood”, y es como un hermoso canto a la desesperación. Es una canción oscura pero muy melódica y hermosa, muy ambiental, y con una explosión sonora en el estribillo.

“Corta mi cuerda mientras me veas trepar, déjame caer donde no me encontrarán.” La canción es pura desesperación, como un canto a los efectos de la depresión y cómo te golpea cuando intentas levantarte y mejorar. Está envuelta en una atmósfera muy oscura, que por alguna razón también me evoca una conversación con el diablo… no sé, quizá leí demasiado a Anne Rice cuando era joven.

La cuestión es que esta canción se convirtió en un flechazo, un amor a primera escucha y una obsesión musical que machaqué una y otra vez durante semanas. Y tras ella, todo el disco consiguió entrarme por los oídos y lo escuché de principio a fin varias veces. Y claro, una vez hecho esto ya todas las demás canciones de la banda me entraron más fácilmente, y conseguí explorar y disfrutar su música, dándome cuenta de que lo que los demás decían es verdad: es uno de los mejores y más diferentes grupos que puedes escuchar hoy en día.

Actualmente, Leprous es junto a Riverside el grupo que más he escuchado durante este 2022 según mis estadísticas de Last.fm. Y además de eso, tengo entradas para verlos en febrero en Barcelona y poder comprobar en persona otra de las cosas que algunas personas me han dicho de ellos: que en directo son una auténtica maravilla.

Por su parte, en mi colección de CDs tengo ya 3 discos de Leprous, que además me gasté más dinero por el detalle de buscar las ediciones especiales en digipack, y The Congregation también lo tengo en vinilo. De vez en cuando me permito el placer de paladearlo en este formato, mientras que muy a menudo lo tengo puesto en Apple Music o con su CD.

#Música #Prog #Metal #Leprous

Guerra. Esta ha sido una de las inesperadas palabras clave en Europa durante este 2022. Y cuando el intento de invasión Rusa sobre Ucrania comenzó el pasado febrero, todos quedamos en shock viendo unos acontecimientos que nadie esperaba que se repitieran en Europa en pleno siglo XXI. Desde los primeros días, todo Europa en el ámbito político, social y cultural se volcó con el pueblo ucraniano, y han sido muchas las muestras de afecto que se han realizado desde entonces.

Y fue la primera semana cuando una de estas muestras trajo a Riverside a mi vida, el que se ha convertido en uno de mis más satisfactorios descubrimientos musicales del año. Yo solo conocía una o dos canciones de ellos por aquel entonces, y ya me gustaba su estilo de rock progresivo altamente melódico. Ellos compartieron en su Facebook la letra de una canción en apoyo a los que estaban sufriendo la guerra, y me sorprendió ver que parecía escrita a propósito para ello.

Fue entonces cuando empecé a bucear en “Wasteland”, un disco conceptual lanzado en 2018 que cuenta la historia de una guerra nuclear desde los puntos de vista desde quienes las sufren. Recuerdo que las primeras semanas devoré el disco una y otra vez completamente hechizado, y actualmente ya lo incluiría en el Top 10 de mis discos favoritos de siempre. Compré el CD y me gustó tanto que compré también el LP.

Wasteland es un disco melódico muy suave y melancólico, aunque también hermoso, fácil de escuchar por cualquiera pese a que tiene un par de canciones con fragmentos musicales algo más duras. Las letras son profundas, con canciones que hablan sobre la conmoción, la destrucción, el miedo, el dolor de la pérdida y la esperanza dentro del contexto de una guerra. Es un disco directo, sin exceso de instrumentación, y pese a los cambios de ritmo dentro de una misma canción propios del Prog, son canciones muy fáciles de escuchar.

Riverside es una banda polaca, y la voz de su cantante Mariusz Duda me ha gustado tanto que también he caído en su proyecto en solitario Lunatic Soul, aunque esa es otra historia. Lo que importa es que actualmente ya tengo 3 discos de Riverside en mi colección de CDs, y el próximo que lanzarán en 2023 ya encargado.

Personalmente, Riverside ha sido uno de esos grupos que me han entrado a la primera, de esos que hacen exactamente el tipo de música que me gusta y me llena. Un amor musical a primera escucha, aunque sigo teniendo la asignatura pendiente de poder disfrutarlos también en directo.

#Música #Prog #Rock #Riverside